dilluns, 4 de desembre del 2017

The Byrds: los últimos diez años

[Nota: el hecho que esta entrada del blog esté redactada en castellano no tiene nada que ver con la infausta aplicación del artículo 155 de la Constitución: simplemente me ha parecido más lógico mantener la lengua original del libro del que esta entrada pretende ser una breve secuela digital.]

Hace unos días me di cuenta que se habían cumplido diez años de la publicación de The Byrds. Pájaros de doce cuerdas. Historia y saga, probablemente el bestseller de mi bibliografía -poca broma: más de 500 ejemplares vendidos- y que, por cierto, todavía podéis adquirir si es que no lo tenéis ya: aquí. En su momento, el principal mérito del libro fue que era la primera bibliografía del grupo publicada en castellano, ya que, lógicamente, no se basaba en fuentes originales. Sin embargo, y por aquello de no hacer un simple refrito de lo ya publicado en inglés, intenté algunas aportaciones para que el volumen fuera interesante: en primer lugar, no se limitaba a la trayectoria oficial del grupo sino que se ampliaba a la carrera posterior de sus componentes (de ahí la "saga" del subtítulo); añadí una tercera parte, titulada "byrdconexiones", en la que recopilaba toda clase de artistas que, de una manera u otra, hubieran estado relacionados con los Byrds y sus spin offs; y finalmente cada capítulo acababa con una "Guía de compra" en la que sugería la que pensaba que era la mejor manera de hacerse con lo más imprescindible.


Así, me parece interesante hacer una breve actualización del libro con esta entrada en el blog, intentando recuperar lo más importante acontecido en el universo Byrd desde 2007. De hecho, el epílogo original del libro lo cerraba con una reflexión en torno al hecho que los Byrds no hubiesen sucumbido a la moda de las giras de reunión. Que la reflexión sea válida diez años más tarde, cuando cualquier banda de tercera se reagrupa -si es necesario, con más miembros nuevos que originales- al poco tiempo de separarse, es casi un milagro. Más si tenemos en cuenta que con tres de los cinco fundadores vivos, la reunión sería mucho más legítima de lo que hoy en día ya es habitual, y que creativamente la unión de McGuinn, Hillman y Crosby podría dar frutos interesantes.

Que no haya habido ninguna reunión de los Byrds en el siglo XXI seguramente es una decisión básica de Roger McGuinn, que los otros han respetado, ya que al fin y al cabo nadie duda que él es, de alguna manera, el dipositario del legado de la banda. Y ya hace muchos años que McGuinn parece conformarse con un segundo plano, concentrado en sus conciertos en solitario y su proyecto de cancionero folk que continúa creciendo en internet, accesible a todo el mundo. Aparentmente, en 2011 publicó un CD titulado CCD, que tiene toda la pinta de ser una recopilación de las canciones de temática marinera de The Folk Den. Aparte de eso, alguna aparición puntual, como su participación en la banda sonora de I'm Not There (2007), interpretando una vez más a Dylan, con Calexico como banda de acompañamiento, pero cada vez parece más difícil que nos llegue un nuevo disco de Roger McGuinn.

En principio también estaba semiretirado Chris Hillman, que había sido el byrds más activo discográfricamente en los 80s y 90s. The other side (2005), en principio, había de ser su último disco de estudio, promesa que no rompía la publicación del directo acústico At Edwards Barn (2010), firmado con su inseparable Herb Pedersen, y en el que repasaba temas de toda su carrera. Pero hace un par de meses apareció Bidin' my time (2017), y además con una clara voluntad de recoger cierta atención: no en vano su productor era Tom Petty, en la que a la postre sería su último trabajo profesional. Seguramente el disco más elaborado de Hillman en mucho tiempo, aunque sin abandonar sonido próxima al bluegrass que ha sido marca de la casa desde el final de la Desert Rose Band, combina temas nuevos, revisitaciones del repertorio Byrd y alguna versión. Cuenta con el atractivo adicional que en él canta David Crosby, toca la guitarra Roger McGuinn -aunque no coincidan en el mismo tema- y hay una composición de Gene Clark. Lo más parecido, pues, a la reunión Byrds que no hemos tenido y seguramente no tendremos.


Así, el disco del otrora discreto bajista del quinteto original podría ser un digno epitafio para los Byrds, si no fuera porque el enfant terrible de la banda parece estar viviendo una segunda juventud: David Crosby ha editado tantos discos en solitario en los últimos cuatro años como a lo largo de toda su carrera anterior. Lo cual ha sido sumamente inesperado, ya que en principio parecía que tenía suficiente con las giras exitosas de Crosby, Stills & Nash, sin material nuevo. En 2010 un proyecto de disco de versiones producido por Rick Rubin acabó abortado, y en 2012 editaron CSN 2012, enésimo directo. Pero entonces Crosby hizo unos comentarios desafortunados en twitter sobre Daryl Hannah, la nueva compañera sentimental de Neil Young, provocando el enfado de éste y después de Graham Nash, que llegaría a declarar que no volverían a cantar juntos. Poca broma porque para Crosby el británico era lo más parecido a un hermano. Eso sí, separado de sus compinches habituales, el californiano de repente se ha visto poseído de una productividad discográfica sin precedentes. Croz (2014), Lighthouse (2016) y Sky trails (2017) han aparecido en rápida sucesión, todos ellos de muy buen nivel, en la línea del Crosby de más calidad. Su hijo James Raymond -con el que ya había colaborado en CPR- es su compinche principal en el primero y el tercero, mientras que para el segundo se alió con Michael League. Queda claro que si hay un byrd que se niega a decir la última palabra es David Crosby. Por algo siempre fue el más bocazas de la banda.

En cambio, prácticamente no ha habido noticias musicales de los otros dos Byrds oficiales que continúan vivos, John York y Gene Parsons. Bueno, York se coló en el disco de duetos Have harmony, will travel (2013) de Carla Olson, cantando con ella un par de temas.

En cuanto a reediciones o recopilaciones de especial interés, tampoco ha habido muchas novedades en los últimos diez años. En cuanto al grupo madre, en 2007 ya se había reeditado toda su discografía con temas extra -agrupados en 2012 en The Complete Columbia Album Collection- y hasta un par de box sets. No parece que quede nada demasiado significativo pendiente. Quizás una reedición Deluxe del álbum de reunión de 1973 con temas extra, si es que existen. Respecto a los spin offs, en 2007 The Capitol Collection recogía los tres álbumes de McGuinn, Hillman (& Clark), junto con algunos temas extra, en lo que sería su edición definitiva. Todavía queda pendiente alguna buena recopilación de la carrera de Chris Hillman.

Finalmente, en el apartado de inéditos recuperados, hay que ir con cuidado ante la proliferación de grabaciones de dudosa calidad y -a menudo- origen, especialmente referidos los miembros más "malditos" de la saga, como Gram Parsons o Gene Clark. Aquí sólo me referiré a algunos de los discos que han aparecido de forma oficial.  De los Byrds propiamente, en 2008 Sundazed editó Live at Royal Albert Hall 1971, que permite comprobar la solidez en directo de la última alineación de la banda. Otro directo interesante es Authorized Bootleg: Fillmore East, New York, N.Y. - Late Show, November 7, 1970 (2011), de unos Flying Burrito Brothers ya sin Gram Parsons pero -quizás precisamente por eso- mucho más compactos. Finalmente, CSNY 1974 (2014) sirvió para celebrar los 40 años de la mítica gira de Crosby, Stills, Nash & Young, comprimida por Graham Nash en un CD sencillo o triple.  



En cuanto a grabaciones de estudio, un par de aportaciones de interés. Pieces (2009) recoge outtakes de Manassas procedentes de la grabación de sus dos álbumes, con un Hillman quizás más visible que en los lanzamientos oficiales. The lost studio sessions (2016) es una cuidadísima selección de material inédito de Gene Clark editada con mucho mimo por Sierra Records, centrada en el período 1964-72 (es decir, canela fina), pero que también incluye unas demos de 1982 de Nyteflyte, proyecto que juntó a Clark con Hillman, Michael Clarke, Herb Pedersen y Al Perkins y que, desgraciadamente, no llegó a cuajar. 

Finalmente, un par de recomendaciones en cuanto a lecturas byrdsianas. La primera es la Ultimate Music Guide que la revista británica Uncut dedicó en 2016 a The Byrds: se trata de suplementos monográficos dedicados a un artista, con repaso a todos sus discos y artículos contemporáneos a su trayectoria. En este caso también hay repasos a las trayectorias posteriores de los miembros, reedición de artículos de la propia Uncut repasando las carreras de Clark, Parson y White y una lista comentada de las 20 mejores canciones del grupo. Como curiosidad, la foto escogida para la portada es la misma que en mi libro, pero al revés (no sé cuál de las dos es la correcta). Por otra parte, Johnny Rogan acaba de publicar Requiem for the timeless. Volume 2 que, como su título indica, es la segunda parte de su monumental libre dedicado a los Byrds -fuente bibliográfica principal del mío-. En este caso, en realidad son seis biografías dedicadas a los miembros oficiales del grupo ya traspasados: Gene Clark, Michael Clarke, Kevin Kelley, Gram Parsons, Clarence White y Skip Battin. No lo he podido leer, pero seguro que lo acabo haciendo.